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viernes, 10 de junio de 2011

Säule der Toleranz

La mentalidad alemana tiene bastantes diferencias con la mentalidad mediterránea en general. Pero en particular me sorprende muchísimo la concepción de colectividad que tienen. Los alemanes intentan mantener un comportamiento adecuado a cada situación siendo incluso sorprendente su aférrimo respeto a toda norma.
Recuerdo una vez la conversación mantenida con una chica argentina en Berlín en la que ella me decía "los alemanes no son perfectos, aunque se acercan".  En esta imagen que a continuación os muestro podeis entender a que se refería:



Les presento a la Saüle der Toleranz (Columna de la Tolerancia). Como podéis ver, se trata de una farola situada en medio de Augustinerplatz con unos colores bastante llamativos. Hasta ahí, cualquier persona común entendería este artilugio como un mero objeto decorativo (al parecer bastante feo según opiniones generales aquí). Pero como estamos hablando de Alemania, no entendería que el ayuntamiento gastara 30.000€ en una cosa tan banal. Así que me dediqué a investigar y a observar la dichosa columna y advertí una relación de causa efecto bastante curiosa. Me explico, Augustinerplatz es un lugar de encuentro bastante habitual de estudiantes y gente joven con ganas de hablar, tomar cervezas, tocar la guitarra y actitudes variadas en busca de una noche agradable. Así pues, esta imagen se repite varias veces al cabo del año en esta plaza:


Y aquí viene lo interesante de los 30.000€. En cuanto el nivel de ruido y sonido ambiente sobrepasa el establecido por las normas y leyes locales, la dichosa columna adopta vida propia y cambia su color al cual camaleón escondido en busca de presa.


El rojo pasional que muestra la imagen significa que los situados en dicha plaza hemos superado el ruido permitido y por lo tanto debemos entender que estamos molestando a los conciudadanos que viven allí y, que seguramente se levantarán al día siguiente a trabajar o estudiar. Así pues, la mentalidad alemana inicia su excéntrica forma de acercarse a la perfección y en Augustinerplatz podemos observar como el tono de voz, la música de las guitarras, las carcajadas y gritos van menguando poco a poco hasta ver que la Saüle der Toleranz vuelve a su color original. La vedad es que da gusto saber que se está cumpliendo con las normas de convivencia.

PD: Nunca vi a la policía aparecer. Nunca hizo falta.

1 comentario:

  1. Muy buenas Agustín!!!! Tengo que reconocer que la Saüle der Toleranz es toda una maravilla, sobre todo para los vecinos. Pero este tipo de artilugios solo puede funcionar en países tan civilizados como Alemania. Aquí esta columna el primer día estaría ardiendo o peor la gente la ignoraría y la utilizaría de meadero (eso si los mossos no se la cargan de un pelotazo). Pero me alegro de ver que hay sitios en el mundo donde esto funcionar. Espero que nosotros no tardemos en poder utilizar una cosas de estas por el bien de todos. Una abraçada.

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